Ya mis ojos lloran sangre

Que chorrea mi corazón.

En cada lágrima un pedazo

De lo que fue tu amor.

Bajo mis uñas, piel muerta...

Niñas que paren niñas.

Pieles violentas desafían la ley.

Complementos desproporcionados y la burla constante del ser.

No se si volver.

Me siento estúpida al mirar atrás.

Me encuentro vacía pero con tanto para dar.

¿Qué esperas de mí? ¿Qué te espere un poco más?

¿Y si la espera es en vano, qué es lo que me queda a mí? ¿Qué es lo qué queda de mí?

El deseo de compartirlo todo me envuelve, una misma mirada hacia una misma dirección.

Cuando el amor se convierte en dolor, ¿algo falla? ¿O es solo el viento cuando acarrea angustia sobre nosotros?

Tan dulce es tu andar que se asemeja con las olas, y cuando irradias luz… todo reflejas.

Y una vez vuelvo a mirar atrás, en vano, como las anteriores. Hoy no vas a volver pero yo voy a esperar, porque mi alma ya no es mía y mi corazón no me pertenece.

Todo suena a mí alrededor y vos no escuchas…

Crees que podés conmigo, que me voy a rendir.

Me voy a tragar todo lo que me des, pero con el tiempo

Lo voy a escupir en tu cara y mi saliva va a ser ácido,

Te voy a quemar tus ideas y tus pensamientos, tus emociones

Y tus conceptos.

Enojate, grita fuerte mi nombre y odiame, que te den ganas de matarme,

Que mi existencia te moleste y no puedas vivir viendome respirar.

Matame y no dejes latir más mi corazón.

Que me duela, haceme doler, sentite vivo.

Y ahora huelo a humedad, pues el paso de los años no me ha sentado bien.

Decidí no esperar más, pero en estos casos, ¿para que sirve decidir? ¿para que sirve esperar?

Lo efímero de tu bondad me hace acordar a mi misma, en esos días, que no son mis días.

Debería respirar por mi misma, dejar de hacerlo por vos.

Tanta dependencia me hace mal, quizas si te entregara mi vida, si te jurara mi amor, si solo pudiera vivir por vos, si solo pudiera morir por vos, solo talvez te asustarías.

Tu música retumba en mi alma, y su eco sonará por años.

Lo efímero de tu bondad me hace acordar a mi misma, en esos días, que no son mis días.

Mi vida es un constante deja vu, y tu amor lo cambió.

Ese piso que tanto odiabas,

Ahora te acordás, lo extrañás.

¿Cuántas veces te caíste?

Y ahora caminas demasiado erguido, demasiado para tu gusto.

Me siento morir, me siento a morir…

La poesía de tu vida excede mis sentidos.

Escaparé de aquí con el próximo circo que venga, solo huiré,

Lejos de mi, lejos de todos.